Nombre original: Brasil
Reconocido como: Teatro -Biógrafo
Dirección: Av. Brasil 297 (Costado oriente de la plaza)
Arquitecto: Ernesto Holzmann y Roberto Araya
Año inauguración: 1910
Capacidad: 600
Teatro Brasil
En junio de 1909, fue “inaugurado el Biógrafo Brasil con la primera gran producción de la SCAGL, El carnicero de Meudon, estrenada tan sólo cuatro meses antes en Francia” (Iturriaga, 2015, p.58). Las películas de esta productora se encontraban entre las de mayor duración en esta época y eran valoradas por su gran calidad. Esta noción de público que gustaba de formas de arte refinadas se puede apreciar en el siguiente anuncio: “Los días jueves de cada semana, en la nocturna, se efectúa una función de moda que no tiene de tal solamente el nombre, sino que es realmente una velada de sociabilidad y de arte, dedicada a cierta clase seleccionada de público. A estas funciones asiste, atraída por el anuncio de conciertos por el violinista Werner Fischer, una concurrencia que no frecuenta los cines, formada por personas de gustos más refinados o por personas que ha tocado la coincidencia de que las pocas películas que han visto han sido mediocres o faltas de arte. Como para estas veladas la empresa tiene el cuidado de seleccionar en forma estricta el material cinematográfico, resulta que esta concurrencia elegida que va por la buena música, principia a sentir afición por las buenas películas y no tardan en convertirse en admiradores del arte mudo, y en sus mejores propagandistas y defensores […]” (La Semana Cinematográfica Nº10, 16 julio 1918, p.11).
Tras alrededor de una década en funcionamiento, en 1918 se le efectuaron importantes reparaciones, lo que hace expresar a un cronista: “Es de un parte muy adecuado para cine, tiene hermosos palcos y una buena platea, con muy cómodos y espaciosos asientos.” […] “Desde su situación y los buenos programas que se pasarán en este biógrafo – los mismos del Teatro Septiembre [En Alameda, cerca de Lira]- es indudable que él será el punto de cita de toda buena sociedad de los importantes barrios vecinos que necesitan realmente de un centro de esta especie.” (La Semana Cinematográfica Nº2, 16 mayo 1918, p.13). Fue reinaugurado el 20 de junio de 1918 con una velada de cine-concierto. (La Semana Cinematográfica Nº 8, 27 junio 1918, p.1). La tradición de acompañar las películas con música, y aún más interesante, de publicitar a los músicos también, se extiende no solo a revistas especializadas en cine, sino también al diario de mayor circulación en Santiago que comenta que los filmes allí presentados eran acompañados por un trío musical compuesto por la “señorita Penjean, el violinista Bartocini y el pianista Fuentes.” (El Mercurio, 13 diciembre 1918).
La Semana Cinematográfica informa que “La empresa del Teatro Brasil ha recibido de New York, 150 piezas de música nueva para su Fotoplayer. Entre ellas vienen algunos lindos foxtrots y onesteps cantables y que pueden ser coreados por el público.” (La Semana Cinematográfica 1919, nº71, p.8). Además de motivar a la juventud, el teatro también busca agraciarse con el público femenino. El Teatro Splendid [en Santiago Centro] y el Teatro Brasil, iniciaron en 1919 concursos de “simpatía o belleza” y con ello lograron “fomentadores más estables de esta aspiración femenina” (Iturriaga, 2015, p169). Así, en noviembre de 1919, este cine, “el favorito de la juventud femenina,” (García Araya, p.31)
El éxito del Teatro Brasil a fines de la década de 1910 se resume en el siguiente comentario “Por su elegante y simpática sala, por sus escogidas películas, por su buena música y por su distinguida concurrencia, ya el Teatro Brasil podía ser considerado como uno de los mejores de la capital, aun tomando en cuenta los cines del centro.” (“Progresos del Teatro Brasil” La Semana Cinematográfica nº66, 1919, p.16) Aquellas escogidas películas incluían por ejemplo la película considerada el primer “blockbuster”:
“En efecto, el más grande valor de esta Empresa es su dirección, el enorme tino para elegir el material que se exhibe, que es visto antes de darlo al público, medida esta que lo garantiza. […] los teatros Septiembre y Brasil ofrecen la primicia de las primicias, la obra inconcebible de David Grifith “El desarrollo de un pueblo”, producción que no ha sido superada ni por este mismo, autor, productor que tiene dentro de su cerebro lo más maravilloso. […] Como se ve, el esfuerzo de esta Empresa corrobora en cada acción que es definitivo, vibrante, que no reconoce escollos, que encadena todas las probabilidades, y que, a costa de enormes sacrificios de dinero y labor ha logrado hacer lo que hace y alcanzar el éxito, muy merecido, que alcanza.” (“ESMERALDA- SEPTIEMBRE- BRASIL” Arlequín #2, 21 julio 1922, pp.15-17).
Esta gran selección no implicaba solo Estados Unidos, con su naciente Hollywood, y ya exitoso Nueva York, sino que también de otras partes del mundo. Por ejemplo, también se estrenó “Una película vienesa que regocijará al público y hará ganar dinero a los empresarios. Amor a Toque de Corneta. Vodevil picaresco por las bellas vienesas Lilian Harvey y Mary Kid y por el simpático galán Harry Liedtke protagonista de Dubarry y La Dueña del Mundo. (La Semana Cinematográfica, n°93, 12 febrero 1920, p.29). O incluso cine nacional, ya que este fue uno de los teatros donde se estrenó El Husar de la Muerte (1925), de Pedro Sienna. De hecho, este cine fue el que exhibió más películas chilenas durante el período mudo (García Araya, p.32).
“El filme de carácter hípico, Rayo Invencible, sufrió algunos percances en su estreno. A Jorge Délano, su infortunado director, le faltó el tiempo para terminarla, de tal manera que, para la fecha fijada para el estreno, las latas llegaban directamente del laboratorio al teatro a medida que se realizaba la proyección. En la premura para llegar a tiempo, un rollo quedó embobinado al revés de forma que los caballos aparecieron en la pantalla corriendo hacia atrás. La proyección se suspendió y se encendió la luz mientras los proyeccionistas apresuradamente procedían a enrollar el filme en el buen sentido. Pero el público perdió la calma causando un barullo infernal, temiéndose que le prendieran fuego a la sala.” (Godoy Quezada,1966, p.6) Malas lenguas rebautizaron la película como “Rayo Inservible”. (García Araya, pp.33-34).
Su primera función sonora fue el 1 de julio, 1930. El Teatro estaba sonorizado con el sistema Vitaphone y la primera película sonora que se estrenó fue El cantor de Jazz. El impacto de la llegada del sonoro desplazó este biógrafo de las páginas de las revistas. Aparece nuevamente cuando en 1937, el Teatro Brasil, vuelve a ser parte del Circuito Chileno Teatral Cinematográfico Aurelio Valenzuela Basterrica y “reabre hoy sus puertas, después de 2 meses de permanecer cerrado por refacciones. La sala en referencia ha sido dotada de dos aposentadurías, para mayor comodidad del público, plateas y balcones: además ha sido instalado un moderno equipo sonoro Gennet Sound. Para la reapertura se ha elegido el film La Divina Coqueta, con Joan Crawford, Clark Gable y Franchot Tone sello Metro Goldwyn Mayer.” (Boletín Cinematográfico n°828, 26 febrero 1937, p.1).
Gracias al Boletín Cinematográfico sabemos que Juan Morel fue el administrador entre 1936 y 1945, que Devivalle & Guerrero lo administraron en 1946 y que Enzo Riderelli desempeñó el cargo en 1951. La última mención de su cartelera en El Mercurio es en 1959. El teatro se quemó. Hoy panadería San Camilo (Araya García, 1997).
Bibliografía
Arlequín N°2, “Esmeralda- Septiembre- Brasil”, 21 julio 1922, pp.15 -17.
Boletín Cinematográfico n°828, “Actualidades del gremio” 26 febrero 1937, p.1.
El Mercurio, 13 diciembre 1918.
García Araya, Juan Carlos, “Exposición Teatros y cines de Santiago Poniente” octubre 1997.
García Araya, Juan Carlos, Teatros y cines de Santiago poniente, una mirada retrospectiva. Manuscrito inédito.
Godoy Quezada, Mario, Historia del Cine Chileno. 1966, p.6.
Iturriaga, Jorge, La masificación del cine en Chile, 1907-1932: la conflictiva construcción de una cultura plebeya. Lom, 2015.
La Semana Cinematográfica Nº2, 16 mayo 1918, pág. 13.
La Semana Cinematográfica Nº 8, 27 junio 1918, pág. 1.
La Semana Cinematográfica Nº10, 16 julio 1918, pág. 11.
La Semana Cinematográfica nº66, “Progresos del Teatro Brasil” ,1919, p.16.
La Semana Cinematográfica, n°93, 12 febrero 1920, p.29.