Nombre original: Teatro Electra
Reconocido como: Teatro y Cine
Dirección: Catedral 2714 o 2704 y posteriormente 2789
También llamado: Centro Cultural de Tracción Eléctrica, Teatro Sichel, Sicchel y/o Sitchel.
Arquitectos: Desconocido
Año inauguración: 1912
Capacidad: 1500 butacas
Teatro Electra
Estuvo ubicado en Catedral 2704 o 2789, esquina Sotomayor, inauguró en 1912. En 1915, la revista “Chile Cinematográfico” en su número inaugural aseveraba que “podemos asegurar que mediante la nueva administración es hoy uno de los cines más concurridos del barrio “«Lo que va de ayer a hoy». Podemos asegurar que mediante la nueva administración es hoy uno de cines más concurridos del barrio” (Chile cinematográfico nº1, Cines y teatros, 25 junio 1915, p.15).
En 1920 fue adquirido por el conocido empresario Max Glücksmann quien administrara otros cines del barrio, tan importantes como el Splendid, el Politeama (Portal Edwards) y el Odeón (Almirante Barroso), sobre esto, otra revista comenta: “La Casa Glücksmann […] acaba de adquirir el Electra, que es una gran sala con capacidad para 1,500 personas. Está ubicado, como se sabe, en un barrio muy importante, en Catedral esquina de Sotomayor. (La semana cinematográfica n°118, 5 agosto 1920, p.2). La casa Glücksmann, se comentaba en la misma revista, “trae al país seis estrenos semanales y cuenta con varias marcas de las más acreditadas en el comercio de cintas, tales como la Pathé New York, la Essanay, la Mutual, la American, la Selznick y la Triangle, agregada últimamente y conocida como una de las cumbres del arte cinematográfico.” (La semana cinematográfica n°2, 16 mayo 1918, p.4). Esta fue una de las más de 100 salas que Glücksmann tuvo entre Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay. Tras la crisis económica de 1929, se vio obligado a deshacerse de su negocio de exhibición, con la crisis también cesa la producción de noticiarios que tenía la compañía, entre los que hay al menos tres chilenos (https://cinechile.cl/persona/max-glucksmann/).
Sobre este período, el sacerdote Fidel Araneda Bravo recomienda revisar la obra “La sangre y la esperanza”, de Nicomedes Guzmán, la cual se desarrolla en el ambiente obrero de Yungay, “los actores de esta obra se mueven entre el depósito de tranvías y los grandes talleres de la Compañía Eléctrica de la calle García Reyes, los conventillos y burdeles de las calles Bulnes, San Pablo y Mapocho, y la parroquia de Andacollo, desmembrada de la de San Saturnino, erigida en 1912. El autor refiere con crudeza la triste realidad del ambiente proletario del barrio, entre los años de 1920 y 1922, época en que los trabajadores chilenos, enfervorizados por la palabra de don Arturo Alessandri Palma, comenzaron a reclamar sus derechos postergados por más de tres siglos” (Araneda, 1972. pp.24-25).
La última aparición en las carteleras publicadas en El Mercurio bajo el nombre Electra es a fines de la década de 1920. Según el sacerdote Araneda, el Electra fue perdiendo popularidad. Recuerda que “era, en sus buenos tiempos, por lo menos hasta 1930, muy frecuentado por los jóvenes y niños del barrio; más tarde, por lo anticuado, dejó de ser cine” (Araneda, 1972, p.99).
Al menos desde 1932, pasó a ser el Centro Cultural de Tracción Eléctrica y con el tiempo, en 1950 pasa a ser del Sindicato de la Compañía Chilena de Electricidad, “por lo mismo ahora se llama Sichel […] En nuestros días se celebran las asambleas y otros actos culturales del Sindicato de la Compañía de Electricidad y de los de otras instituciones” (Araneda, 1972, p.99). Por ejemplo, en el libro de fotografías históricas de Chilectra se comenta:
“Entre las imágenes curiosas de los funcionarios de la empresa están las de los boxeadores. Estas series muestran el deporte más importante de la época, así corno los valores que se le asociaban. […] La actividad boxeril trajo muchas glorias a la empresa, que tuvo además por largos años esta actividad deportiva. Las veladas de box en el teatro Sitchel de la calle Catedral son recordadas hasta hoy en día.” (2001, p.174).
Además de deporte, también se reconocen actividades de carácter político, por ejemplo Congresos de la CUT, o en 1955, las actas de la Cámara de Diputados, en su 67a. sesión ordinaria, un 2 de septiembre utilizan un evento en el teatro para hacer un argumento de que no era un delito infraganti, reunirse en una concentración política. En la acusación constitucional contra el Ministro del Interior Osvaldo Loch, por haber atropellado la Constitución, por detener arbitrariamente a 5000 ciudadanos. “las dos mil y tantas personas que asistían como espectadores a la concentración pública que se verificaba en el Teatro Sichel”. “El solo hecho de asistir como espectador a una concentración pública no implica “estimular”, “promover” o “sostener” [la/una] huelga, defendía la acusación, culpa al ministro de estas detenciones ilegales. Agrega:
“resulta claro que le precedió en forma arbitraria, pues las fuerzas de Carabineros sólo podrían haber detenido a los dos o tres oradores que alcanzaron a hacer uso· de la palabra, y esto, siempre que hubieren comprobado que habrían hablado “estimulando” o “incitando a sostener la huelga”, cosa que no ocurrió en este caso.”
También aparece en la sesión de la cámara en otro conflicto de huelga el 15 de junio de 1965. Otra actividad de carácter político fue un velorio. El historiador del Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, recuerda un viaje a la capital que hizo como parte de una delegación en su rol de Secretario del Comité Regional Cautín de las Juventudes Comunistas de Chile: “Llegamos a Santiago a las 7 de la mañana del 9 de marzo [1958]. Nos dirigimos al Sindicato Sicchel […]. Allí estaba la capilla ardiente. Hicimos, como otros cientos, una guardia de honor junto a la urna donde estaban los restos mortales del compañero Galo” (Ljubetic Vargas, 2018). Es oportuno aquí notar que en las revistas, archivos y memorias el nombre de este teatro aparece tanto como Sichel, Sicchel y Sitchel. Creemos que puede deberse a cambios en nombre del sindicato, pero aún está pendiente mayor investigación para comprender las diferencias en las siglas.
También era sede en esos años de eventos poéticos y teatrales:
“como se había anunciado, el sábado 5, a las 9 de la noche en el Teatro Sicchel, se realizó el festival organizado por la Sociedad de Poetas Populares de Chile, que obtuvo un brillante éxito expresado en los largos aplausos de la numerosa concurrencia” (La lira popular de siglo, 12 septiembre 1953)
Su vocación de sala de cine no se perdió, ya que como nos cuenta en su crónica la fallecida gran periodista Virginia Vidal:
“El teatro del Sindicato Sicchel fue nuestra cinemateca, antes que Pedro Chaskel y Sergio Bravo fundaran la de la Universidad de Chile. Ibamos al cine y nos estremecía la actuación de Jean-Louis Barrault en Los hijos del paraíso, película filmada en plena ocupación nazi, dirigida por Marcel Carné; o Hamlet (1948), escrita, producida, actuada y dirigida por Laurence Olivier.” (Memorias de Una Liceana, Virginia Vidal, revista Punto final)
En la década de 1980, según nos cuenta Juan Carlos García en su libro inédito, funcionó bajo el nombre El Hangar. Agrega que “Durante el obscuro período de la dictadura militar se efectuaban numerosas reuniones semi-clandestinas que algunas veces terminaban abruptamente con todos los asistentes detenidos” (García, p.50). Una vecina recuerda haber grabado ahí parte de la Franja del NO para el plebiscito del 1988. Al año siguiente en 1989 fue aquí la reunión donde se conformó formalmente el Comando Exonerados de Chile A.G. Esto sucedió en una “Asamblea multitudinaria en el Teatro Sitchel, perteneciente al Sindicato de Trabajadores de Chilectra” recuerda el grupo de Facebook de los Exonerados políticos. En la década de 1980 también fue parte de la escena underground chilena, junto con Matucana 19, el Taller Sol, y el Troley” (Gorlak, 2019)
En la década de 1990 hemos encontrado múltiples anuncios y registros de funciones teatrales y más conciertos de punk y death metal. Por ejemplo, Pedro Celedón Bañados recuerda que el teatro Silencio representó en la sala Sichel “Malasangre (1991) y Taca-taca, mon amour (1993), en el casi desmontado Teatro Sichel, propiedad del Sindicato de Chilectra” (Celedón, 2019, p.155). La banda Políticos muertos recuerda en su Facebook, sus tocatas en este teatro mediante las palabras del vecino del barrio, Mauricio Redolés:
“Ellos se arreglan el pelo y todo lo hacen con estilo, ellas saben que un golpe se contesta con otro y usan bototos militares. Son punks de Santiago de Chile. Es domingo y el recital publicitado a través de fotocopias deslavadas en postes y zaguanes de esta macro aldea, no se realiza en el viejo teatro Sichtel de Catedral y Sotomayor como estaba anunciado sino en el patio colonial de una casona antigua en la ciudad de abajo. Son las cuatro de la tarde. Tocan Vandalik, Los Políticos Muertos, Latin Posse y los Fiskales Ad-Hok.” (Redolés, La Nación, 14 octubre 1991, p.37).
Los vecinos relatan que más tarde fue una sala de remates hasta que fue demolido para construir el gran edificio de departamentos que está ahora en esa esquina de Catedral con Rafael Sotomayor. Desde una sala de cine silente de barrio, a concentraciones políticas y artes populares y música contestataria, sobrevivió la dictadura pese a haber estado asociada al partido Comunista. Este espacio compartió con el barrio una variada agenda cultural, que solo fue silenciada por la amenaza inmobiliaria.
Memorias
“El Electra, hasta 1930, muy frecuentado por jóvenes y niños del barrio. Me gustaba visitar el teatro y ahí estaba la embocadura del escenario yo había estado ahí y me llamaba la atención el tipo de construcción que tenía que era como de estructura maciza de madera bien hecha pero el revestimiento era de grandes planchas de latón estampadas y con decorados, todo atornillado.” Testimonio vecino nacido en 1937.
“El Sichel, ¿te acuerdas de la campaña del “Sí” y el “No”?, el Sichel fue donde yo canté para la campaña, con el Claudio y Sol y Lluvia estuvieron ahí, y dieron unos recitales.” Testimonio vecina nacida en 1955.
Bibliografía
Cámara de Diputados, Sesión 67ª, 2 septiembre 1955, 16.15 a 19 horas. Acusación constitucional Ministro Interior.
Celedón Bañados, Pedro. Insurgentes Norte/Sur: teatralidades entre milenios. Editorial Académica Española, 2019.
Chile cinematográfico nº1, “Teatro Electra” Cines y teatros, 25 junio 1915, p.15.
Fidel Araneda Bravo, Crónica del Barrio Yungay, Santiago, Impreso por Carrión e Hijos Ltda, 1972.
García, Juan Carlos. Teatros y cines de Santiago poniente, Manuscrito inédito.
Gorlak, entrevista en Ecos rítmicos de la dictadura, Tesis para optar al título profesional de diseñador, Escuela de Diseño, Pontificia Universidad Católica, 2019.
La lira popular de siglo, 12 septiembre 1953. Disponible en https://www.lirapopular.cl/numero-66
La semana cinematográfica, 5 agosto 1920.
La semana cinematográfica n°2, “La cinematografía en Chile, la casa Max Glücksmann con el señor Carlos Battier”, 16 mayo 1918, p.4.
Ljubetic Vargas, Iván. “Recordando a don Lucho Corvalán, un comunista ejemplar”. 18 agosto 2018. Disponible en:
https://www.ceiler.cl/2018/08/18/recordando-a-don-lucho-corvalan-un-comunista-ejemplar/
Luces de modernidad: archivo fotográfico CHILECTRA, Santiago: Gerencia Corporativa de Comunicación Enersis, 2001.
Redolés, Mauricio, “Políticos Muertos y Fiskales Ad-Hok” La Nación, 14 octubre 1991, p.37.
Vidal, Virginia, “Memorias de una liceana”, Punto final